El Manzanares, un río que ha sido testigo de la historia de Madrid a lo largo de los siglos. Sin embargo, durante el último cuarto del siglo XX, este río sufrió un gran deterioro, convirtiéndose en un río escaso de agua y encorsetado entre hormigón y centenares de miles de vehículos. Pero gracias a la visión de un alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, este río ha sido transformado en un verdadero oasis en plena ciudad.
La idea era simple pero revolucionaria: cerrar la herida en la ciudad, enterrar el tercer cinturón a lo largo de 6 kilómetros y crear un gran parque rectilíneo en su lugar. Para llevar a cabo este proyecto, se convocó un concurso internacional de ideas en el que participaron los estudios de arquitectura Burgos/Garrido, Porras/La Casta, Rubio/Álvarez-Sala y West 8. Y el resultado no pudo ser mejor.
El diseño del parque rectilíneo del Manzanares se cuidó al máximo, y su éxito se comprueba sencillamente dando un paseo por la zona. El río, que antes estaba tomado por los coches, ahora está literalmente tomado por los vecinos que caminan, corren, montan en velocípedo, juegan o simplemente se sientan a ver pasar a los demás, disfrutando del espacio ganado a los vehículos.
Pero la transformación del Manzanares no se detuvo ahí. El Gobierno municipal de Manuela Carmena decidió ir un paso más allá y renaturalizar el río, permitiendo que creciera en él la vegetación y las especies animales. Gracias a esta iniciativa, ahora se pueden ver aves, peces y anfibios en el río, lo que ha mejorado su calidad y su belleza.
Pero la idea de transformar el río no se limitó solo al parque rectilíneo. Aguas abajo, el proyecto continúa con el Parque rectilíneo del Manzanares, que nació como una iniciativa de Ricardo Bofill con la misma intención de transformar una zona degradada en otra repleta de instalaciones de ocio y deportivas. En su tramo 1, se encuentran la Atalaya, un cerro piramidal de 21 metros de altura construido con los restos del atávico vertedero, y la estatua de la Dama del Manzanares en su cima. Además, hay distintos paseos, un concurrencia y diversas instalaciones deportivas, como la famosa Caja Mágica.
Pero no solo se ha trabajado en la margen izquierda del río. También se han realizado importantes inversiones para recuperar y mejorar el entorno en la margen derecha. En lo que será el futuro Bosque Metropolitano, se han recuperado joyas del patrimonio histórico, como la Casa de la Cuarta Esclusa, un resto del Real Canal del Manzanares que hasta hace poco era objeto de okupación. Además, se han ampliado las actuaciones de mejora, como la construcción de un muro de escollera a la altura de la depuradora de La Gavia, y se han reparado kilómetro y medio de caminos.
Pero el trabajo no se detiene ahí. En la margen derecha, se ha habilitado una senda peatonal ciclable entre la presa 9 de Madrid Río y el Parque rectilíneo del Manzanares, junto al nudo supersur. Y frente a la Caja Mágica, se han plantado arbustos de ribera, sauces y fresnos, para seguir mejorando el entorno.
Los habitantes de la zona conocen bien las riquezas naturales y paisajísticas que guarda el río, pero también han sufrido su deterioro durante años. Ahora, gracias a estas iniciativas, pueden disfrutar de un río más
