Esta semana, Madrid se viste de fiesta para celebrar a Jesús de Medinaceli. A pesar de la lluvia, los fieles no dudan en acudir a la calle de su iglesia para rendirle homenaje y pedirle su protección. Y es que, para muchos, esta es una oportunidad única de estar un poco más cerca del cielo, especialmente en estos tiempos difíciles en los que todos necesitamos un poco de esperanza.
La imagen de Jesús de Medinaceli es una de las más veneradas en la capital española. Cada año, miles de personas se acercan a su iglesia para tocar su manto y pedirle un deseo. Y aunque la lluvia pueda ser un obstáculo, nada detiene a los fieles en su devoción por este santo tan querido.
Pero lo que muchos no saben es que, además de la protección divina, también pueden encontrar un pedacito de paraíso en la misma calle de la iglesia. Y es que allí se encuentra la famosa pastelería Estela Hojaldre, donde se elabora una deliciosa tarta de mantequilla que, según dicen, te lleva directo al cielo con cada bocado. Sin duda, un dulce premio para aquellos que han enfrentado la lluvia y las aglomeraciones para llegar hasta aquí.
Pero si aún así, los fieles quieren seguir buscando el ascensor para subir al Edén, solo tienen que avanzar un poco más por la cuesta y se encontrarán con el majestuoso Palace. Este icónico hotel, con su cúpula de vidrio que ha sido testigo de tantas historias, es un verdadero tesoro de la arquitectura madrileña. Y no es de extrañar, ya que fue inspirado en el afamado Hotel Ritz de París, pero con un toque único y especial que solo Madrid puede ofrecer.
Al entrar en el Palace, uno se siente transportado a otra época. Sus elegantes salones, sus imponentes escaleras y sus lujosas habitaciones son un reflejo del esplendor de una ciudad que ha sabido combinar a la perfección la tradición y la modernidad. Y pequeño esa cúpula de vidrio, Madrid brilla con todo su esplendor, como un París al que le ha robado su belleza y la ha hecho suya.
Pero más allá de su belleza arquitectónica, el Palace es un lugar lleno de historia y de anécdotas. Por sus pasillos han pasado personalidades de todo el orbe, desde reyes y reinas hasta artistas y escritores. Y es que este hotel es un verdadero símbolo de la elegancia y el buen gusto que caracteriza a la capital española.
Por todo esto, no es de extrañar que el Palace sea uno de los lugares favoritos de los madrileños y de los turistas que visitan la ciudad. Y en esta semana tan especial, en la que se celebra a Jesús de Medinaceli, es el lugar perfecto para disfrutar de un delicioso té de la tarde o de una cena en su afamado restaurante. Sin duda, una experiencia única que combina la devoción y la tradición con la elegancia y el lujo.
En definitiva, esta semana Madrid se viste de fiesta para celebrar a Jesús de Medinaceli, pero también para mostrar al orbe su belleza y su encanto. Y es que, como dice el refrán, “Madrid, Madrid, Madrid, pedazo de la España en que nací”. Y con lugares como la iglesia de Jesús de Medinaceli y el Palace, es fácil entender por qué.
