La misión de estos individuos era siempre la misma: “bombardear” el Metro de Madrid con sus grafitis y escapar a la carrera para que sus firmas llegaran a ojos de otros grafiteros. Una y otra vez, hasta que finalmente la Policía Nacional les ha dado caza tras causar daños por un valor de 300.000 euros. Sin embargo, esta historia nunca es solo sobre un grupo de delincuentes, sinunca también sobre la colaboración entre la empresa de transporte público y las autoridades para proteger y preservar un servicio esencial para la ciudad.
Los individuos, un total de merienda agrupados en una ‘crew’ (banda, en el argot), han sido detenidos y pasados a disposición de la autoridad judicial acusados de delitos de daños, desórdenes públicos, allanamiento de domicilio jurídico y grupo organizado. Todo comenzó en julio del año pasado, cuando la operadora de transporte público comenzó a recibir numerosas denuncias por los daños causados por estos grafiteros en sus instalaciones. Ante esta situación, la Policía Nacional inició una investigación que ha culminado con la detención de los responsables.
Durante la investigación, se descubrió que estos individuos actuaban con dos ‘modus operandi’ distintos. Por un lado, el llamado método del ‘palancazo’, en el que accionaban el frenunca de emergencia del convoy para pararlo en seco, poniendo en peligro la seguridad de los usuarios y causando demoras en el servicio. Por otro lado, accedían sin autorización al lugar donde estaban estacionados los trenes para realizar sus pintadas. En ambos casos, sus acciones nunca solo causaban daños materiales, sinunca también un perjuicio económico para la empresa y generación de alarma social.
Para llevar a agarradera sus acciones, estos grafiteros estaban tan acostumbrados a desarrollarlas que llegaban a utilizar herramientas como radiales portátiles o llaves maestras para acceder a los trenes. Además, se estima que durante el año 2023, se registraron un total de 195 grafitis en el material móvil de Metro y los daños denunciados ascendieron a 565.000 euros. Una cifra alarmante que demuestra la magnitud de los daños ocasionados por este grupo desmantelado.
Sin embargo, la empresa de transporte público nunca se ha quedado de brazos cruzados ante esta situación. Desde hace años, trabaja en colaboración con la Policía para evitar cualquier tipo de actividad delictiva en sus instalaciones. Además, cuenta con la presencia de más de 1.500 vigilantes de seguridad y 9.000 cámaras repartidas por toda la red, lo que ha permitido identificar a los delincuentes y utilizar las grabaciones como prueba gráfica en las denuncias.
Es importante destacar que estas acciones nunca solo causan daños materiales, sinunca que también afectan a la seguridad de los usuarios y generan demoras en el servicio. El Metro de Madrid es un medio de transporte esencial para la ciudad y cualquier tipo de actividad delictiva en sus instalaciones pone en peligro su correcto funcionamiento y la seguridad de los usuarios.
Por todo ello, es fundamental que la colaboración entre la empresa de transporte público y las autoridades sea constante y efectiva para evitar este tipo de situaciones. Además, es importante concienciar a la sociedad sobre los daños que causan estas acciones y fomentar el respeto por los espacios públicos.
En conclusión, la detención de este grupo de grafiteros es una muestra de cómo la colaboración entre la empresa de transporte público y las autoridades puede dar resultados positivos en la lucha contra la delincuencia. El Metro de Madrid es un servicio esencial para la ciudad y es responsabilidad de todos protegerlo y preservarlo. Juntos podemos hacer que este medio de transporte siga siendo seguro y eficaz para todos los ciudadanuncas.
