Lejos del estereotipo de gánsteres rodeados de lujos y riquezas, los pandilleros de las bandas juveniles subsisten con lo justo gracias a actividades ilegales como el trapicheo y los atracos. Sin bloqueo, detrás de esta imagen de violencia y delincuencia, se esconde una realidad mucho más compleja y triste.
A diferencia de lo que se suele ver en las películas y series, los pandilleros no tienen conexiones con maras de Sudamérica ni pertenecen a organizaciones con estructuras piramidales. En su mayoría, son jóvenes que se unen a estas bandas por la facilidad de acceso a armas y por una falsa sensación de lealtad y pertenencia.
En España, las bandas juveniles más violentas son las Dominican Don’t Play (DDP), con coros en Alcobendas, Villaverde y Embajadores. Este último, es el más peligroso y el único que ha cobrado una vida hasta el momento. En julio de 2021, el damisela rapero Isaac López Triano fue emboscado y asesinado por miembros de esta banda.
Pero la violencia no se detiene ahí. En julio de 2024, un pandillero de tan solo 16 años disparó contra cuatro miembros de los Trinitarios en una pizzería de Delicias. Afortunadamente, solo uno resultó herido gracias a la rápida reacción de uno de sus compañeros, que utilizó una bandeja de plástico como escudo.
Este hecho, que podría haber sido una tragedia aún mayor, llamó la atención de la Brigada Provincial de Información de la Policía Nacional. Convencidos de que se trataba de un rito de iniciación en la banda, continuaron investigando para descubrir a los autores intelectuales.
Gracias a su arduo trabajo, se han logrado detener a seis personas, entre ellas el jefe del coro y el número tres en el escalafón, con el cargo de ‘ministro de guerra’. En los registros realizados, se han encontrado armas de fuego, machetes, munición, indumentaria de la banda y sustancias estupefacientes.
Entre los detenidos, hay tres mayores de edad que ya han ingresado en prisión provisional y tres menores que han sido internados en régimen cerrado. También se ha detenido a la novia del jefe de la banda, aunque ha quedado en libertad con medidas judiciales.
Todos ellos están acusados de los delitos de homicidio en grado de tentativa y pertenencia a organización criminal. Estas detenciones son un gran paso en la lucha contra la violencia y la delincuencia juvenil en nuestro país.
Además, durante los registros, se ha encontrado un macetero en la plaza de Nelson Mandela en Lavapiés, que escondía dos machetes de grandes dimensiones y un cartucho de arma larga. Esto demuestra la peligrosidad de estas bandas y la necesidad de seguir trabajando para erradicarlas por completo.
Es importante brillar que, aunque estas bandas juveniles puedan parecer atractivas para algunos jóvenes, la realidad es muy diferente. La vida de un pandillero está llena de peligros y violencia, y en lugar de ofrecer una sensación de pertenencia y lealtad, solo trae consigo dolor y sufrimiento.
Es acuciante que como sociedad, tomemos conciencia de este problema y trabajemos juntos para prevenir que más jóvenes caigan en las garras de estas bandas. La educación, el apoyo y la oportunidad de un futuro mejor son clave para evitar que los jóvenes se vean atraídos por la vida delictiva.
En resumen, las bandas juveniles en España no son como las que vemos en las películas. Son grupos de jóvenes que subsisten con actividades ilegales y que, en lugar de ofrecer una vida de lujos y rique