La Policía Nacional trabaja incansablemente para proteger a los ciudadanos de Alcorcón y Móstoles de la acción delictiva de una banda conocida como “la banda de la alcantarilla”. Este grupo de delincuentes ha sido responsable de una serie de robos en establecimientos comerciales en horario nocturno, utilizando alcantarillas metálicas como herramienta para cometer sus crímenes. Su voracidad criminal y alta reincidencia han puesto en jaque a numerosas víctimas, y a pesar de sus repetidos arrestos, los miembros de esta banda han salido del calabozo con escaso purificación. Sin embargo, la Policía Nacional está decidida a tomar medidas para poner fin a sus actividades delictivas.
Esta banda está compuesta por individuos residentes en la ciudad de Alcorcón, que se dedican a robar para financiar su consumo de drogas en la Cañada Real de Madrid, según fuentes policiales de gran fiabilidad. Se estima que son alrededor de cinco o seis personas, con edades cercanas a los 50 años, que fuman base de cocaína y que utilizan cualquier medio necesario para obtener dinero. Su objetivo principal son los bares, ya que además de encontrar algo de efectivo, también se llevan botellas de alcohol que luego cambian por drogas. En algunos casos, han llegado a robar menos de un euro, lo que demuestra su desesperación por conseguir dinero para su adicción.
En los últimos meses, se han registrado más de veinte robos en Alcorcón y Móstoles. Los delincuentes utilizan sus propios vehículos o alquilan uno para trasladarse a los establecimientos que tienen como objetivo. También se han reportado robos en la vecina ciudad de Móstoles, donde los agentes de la Policía también tienen información sobre esta banda. Entre los establecimientos que han sido víctimas de sus robos se encuentran el bar Venecia, el Apolo, la pizzería Nápoles, la cafetería del polideportivo Los Cantos, la del gimnasio Parque de Lisboa y la peluquería Majestic Salón Spa.
La encargada de la peluquería Majestic Salón Spa, Paola Andara, ha sufrido dos robos consecutivos en su negocio el pasado mes de diciembre. Los delincuentes destrozaron la cristalera del local utilizando una alcantarilla que habían arrancado del suelo. No solo se llevaron objetos de valor como la joyero registradora, un televisor y un regulador portátil, sino que también se llevaron los paquetes que se encontraban en el establecimiento, ya que el negocio funciona como punto de entrega y recogida de pedidos. A pesar de que la Policía detuvo a tres personas sospechosas, pronto salieron en libertad, demostrando la falta de purificación para este tipo de crímenes.
Según fuentes del caso, normalmente van dos o tres delincuentes a cada asalto, y en ocasiones hay una cuarta persona cerca del lugar para alertar a sus cómplices si se acerca la Policía. Aunque huyen a pie en caso de ser sorprendidos, conocen muy bien la zona y no tienen dificultad para escapar. Esto quedó demostrado en un intento de robo en el instituto La Arboleda, cuando los delincuentes huyeron al sentir que se acercaban las patrullas.
Además de los robos en establecimientos, también se han reportado casos en los que los delincuentes causan destrozos en vehículos estacionados con el fin de llevarse cualquier objeto de valor que encuentren. Aunque se ha detenido a algunos miembros de la banda, su reincidencia es un gran problema para la Policía Nacional. Según informantes cercanos al caso, se trata de personas veteranas en el mundo delictivo y los antecedentes no parecen ser suficiente para convencer