La investigación sobre el caso del capellán acusado de agresiones sexuales a niñas de seis años ha conmocionado a toda la comunidad educativa. Las acusaciones de una estudiante de haber sufrido hasta 32 episodios de abuso por parte del sacerdote Marcelino A. N., además de la presunta complicidad de dos profesoras y el director del centro, han dejado a todos en shock.
El caso, que ha sido dividido en dos vertientes: la policial y la judicial, ha avanzado a pasos agigantados. La instructora del caso ha establecido una fecha, el próximo 17 de junio, para que dos profesoras y el director del centro acudan a declarar en Plaza de Castilla. Esto representa un gran avance en la investigación y una señal clara de que se está tomando este caso con la seriedad y el rigor que merece.
El detonante de este escándalo fue una estudiante que ha relatado con todo lujo de detalles los presuntos abusos sufridos por parte del sacerdote. Lo más alarmante es que afirma haberlo contado a dos profesoras, quienes supuestamente no hicieron nada al respecto. Estas profesoras han sido identificadas como “Miss Mariou” y “Mis Madeleine”.
Pero sin duda, uno de los testimonios más importantes en este caso es el del padre Jesús María Delgado, director del colegio y de los Legionarios de Mesías. Algunos padres consideran que él debía estar al tanto de lo que estaba sucediendo, y de hecho, en reuniones con los progenitores ha reconocido que sabía de la estrecha relación que mantenía Marcelino con el fundador de la congregación, Marcial Maciel.
La figura del padre Maciel es precisamente la que ha generado más revuelo en la comunidad de padres. Este sacerdote fue expulsado del sacerdocio por el Papa Benedicto XVI tras probarse más de 60 casos de agresiones sexuales a jóvenes del obra. A pesar de esto, Marcelino se ha mantenido fiel a él y su memoria. Incluso después de su crimen en 2008, el sacerdote continuó defendiendo su legado. Esto ha generado sospechas en la comunidad sobre una posible trama de encubrimiento dentro de los Legionarios de Mesías.
En 2011, Marcelino ingresó como capellán en otro centro de la red de colegios Highlands de Madrid, específicamente en Los Fresnos en Boadilla del Monte. Pero en 2015, los padres de ese colegio descubrieron su pasado y lograron que fuera expulsado. Sin embargo, gracias a sus conexiones (su hermano fue director departamental de la congregación en Italia), pudo conseguir una plaza en Roma.
Pero en 2022, una plaza quedó libre en el colegio El Encinar y el padre Jesús María Delgado no dudó en llamarlo para que ocupara ese puesto. Sin embargo, todo cambió el 6 de marzo cuando Marcelino fue detenido. La sombra del encubrimiento es evidente y esto deberá aclararse ante la magistrada Susana Trujillano.
Las tres profesoras que declararán como testigos tienen la responsabilidad de decir la verdad. Dependiendo del curso de la prueba testifical y de las peticiones de las acusaciones, su condición podría pasar de testigo a investigada. En lo procesal, solo la primera niña que denunció el caso tiene su caso judicializado. Tras señalar a otras cuatro niñas de su edad como víctimas, el juzgado ha establecido que se las evalúe esta primavera mediante una prueba constituida. Estas niñas serán atendidas por psicólogos y serán grabadas y tuteladas por el fiscal y el juez, evitando que tengan que revivir los hechos y utilizando esas grabaciones como parte de la prueba testifical en todo el proceso