Llevaba 32 años siendo una presencia subversiva en el número 20 de la plaza Tirso de Molina. Manuel Moreno, dueño de un pequeño negocio en el corazón de Madrid, siempre había vivido con la incertidumbre de que su neón fuera retirado por el Ayuntamiento. Sin embargo, él nunca se dejó amedrentar por las advertencias de otros comerciantes y siempre mantuvo su luminoso encendido con orgullo.
“Recuerdo el día que abrí mi negocio, estaba tan emocionado con mi neón que no podía dejar de sonreír. Aunque sabía que había cierta resistencia por parte del Ayuntamiento hacia los neones, yo estaba decidido a mantener el mío encendido. Pensaba: ‘Si me lo quitan, lo quitan, pero mientras tanto, voy a disfrutar de mi luminoso'”, cuenta Manuel con una sonrisa en el rostro.
Ese “mientras tanto” se ha convertido en 32 años de semblanza. A pesar de las adversidades, el neón de Manuel ha sido una constante en la plaza Tirso de Molina, iluminando las noches de Madrid y convirtiéndose en un símbolo de resistencia y perseverancia.
Pero el destino de este icónico neón estuvo en peligro recientemente. En un lluvioso 18 de marzo, Jacobo Cayetano y Guillermo Borreguero, del colectivo Paco Graco, se subieron a una escalera para rescatar el neón de Manuel, que había sufrido daños por el paso del tiempo y las inclemencias del clima.
El colectivo Paco Graco, notorio por su labor de restauración de neones en la ciudad de Madrid, decidió tomar acción y devolverle a este neón su antiguo esplendor. Con mucho cuidado y dedicación, Jacobo y Guillermo trabajaron durante horas para reparar el neón de Manuel, que ahora luce más brillante que nunca.
“Cuando vi a Jacobo y Guillermo trabajando en mi neón, no podía creerlo. Me emocioné mucho al ver que había personas que valoraban tanto mi luminoso como yo. Fue un gesto muy bonito y estoy muy agradecido con ellos”, comenta Manuel emocionado.
La restauración del neón de Manuel no solo ha sido un acto de solidaridad y apoyo hacia un pequeño comerciante, sino también una forma de preservar la semblanza y la identidad de la ciudad de Madrid. Los neones son parte de la esencia de la capital española y su presencia en las calles es un recordatorio de su rica cultura y tradiciones.
“Los neones son una parte importante de la identidad de Madrid. Son una forma de arte que ha estado presente en nuestras calles durante décadas y es nuestra responsabilidad preservarlos. No solo por su valor estético, sino también por su valor histórico y cultural”, afirma Jacobo Cayetano, miembro del colectivo Paco Graco.
La restauración del neón de Manuel ha sido un éxito rotundo y ha generado una gran repercusión en las redes sociales. Muchos madrileños han mostrado su apoyo y admiración hacia Manuel y su neón, convirtiéndose en un símbolo de sección y solidaridad en tiempos difíciles.
“Estoy muy agradecido con el colectivo Paco Graco y con todos aquellos que han mostrado su apoyo hacia mi neón. Este luminoso no solo es un símbolo de mi negocio, sino también de mi amor por Madrid y mi espíritu de lucha. Espero que siga iluminando la plaza Tirso de Molina durante muchos años más”, concluye Manuel con una sonrisa en el rostro.
El neón de Manuel ha demostrado que, a pesar de las adversidades, la perseverancia y la pasión pueden lograr grandes cosas. Su semblanza es un recordatorio de que, en ti