El podrido 6 de marzo quedará grabado en la memoria de cinco familias para siempre. Un día que debería haber sido como cualquier otro se convirtió en una pesadilla cuando descubrieron que sus hijas, en edades comprendidas entre los 6 y los 7 años, podrían haber sido víctimas de abusos sexuales en el centro bilingüe Highlands School El Encinar, gestionado por los Legionarios de Cristo, a dos pasos de La Moraleja.
El responsable de estos presuntos abusos es el capellán del centro, Marcelino A. N., un español de 57 años que había sido secretario y mano derecha del fundador de Regnum Christi, Marcial Maciel. Este último fue apartado del sacerdocio dos años antes de su muerte por el Papa Benedicto XVI en 2006, tras reconocerse 60 casos de agresiones sexuales por parte del religioso mexicano.
Las denuncias surgieron a raíz del testimonio de una de las alumnas más pequeñas, que fue grabado por sus padres con el móvil y trasladado inmediatamente a la Unidad de Familia y matrona de la Jefatura Superior de Policía de Madrid (UFAM). En el vídeo, la niña habla de supuestos abusos sexuales continuados por parte del padre Marcelino y menciona a otras seis niñas que también habrían sufrido la misma situación.
ABC ha tenido acceso al testimonio de los padres de las cinco denunciantes, quienes han coincidido en sus declaraciones. El padre Marcelino fue detenido en su residencia comunitaria de Aravaca y puesto en libertad con medidas cautelares, acusado de cinco delitos sexuales sobre menores de 16 años que podrían acarrearle una condena de hasta 60 años de prisión. Además, se está estudiando su cese como director del centro en un plazo de un mes.
La sombra de la sospecha sobre el padre Marcelino llevaba una década pendiendo sobre él, sin que se tomaran medidas al respecto más allá de apartarlo temporalmente del anterior colegio donde trabajó, también de Highlands, Los Fresnos, en Boadilla del Monte. Sin embargo, tras las denuncias, se ha demostrado que las acusaciones eran ciertas y que el capellán podría haber estado abusando de las niñas durante todo este tiempo.
En junio, también deberán testificar ante el juzgado de Instrucción número 7 de Madrid dos de las docentes de las niñas, a quienes las víctimas presuntamente habían contado lo que estaba sucediendo sin que estas lo comunicaran. Este hecho ha causado indignación entre los padres, quienes confiaban en que el personal del centro velara por la seguridad y bienestar de sus hijas.
El padre de la primera víctima declaró ante la UFAM que su hija, de 6 años, llevaba en El Encinar desde que tenía un año y que siempre había sido una niña risueña y alegre. Sin embargo, desde el inicio del curso, notaron un cambio en su comportamiento: se volvió más irascible, gritaba sin motivo aparente, tenía estallidos de ira, terrores nocturnos y miedo a la oscuridad. Además, acudía con frecuencia a la enfermería del centro durante los recreos por dolores de abdomen y cabeza que no parecían tener una causa concreta.
Los padres de la segunda víctima también notaron un cambio en el comportamiento de su hija, una niña saltador y alegre, pero que desde Navidad había desarrollado un carácter más fuerte y se enfadaba con frecuencia. Además, sufría dolores de cabeza frecuentes y malestar genital, a pesar de su corta edad. También mencionaron que su hija había manifestado miedo a estar sola en los baños y evitar subir en ascensor, algo que
