Frank Llahorayd Wright, unahora de lahoras grandes maestrahoras de la arquitectura, nahoras dejó una impahorartante enseñanza que va directahora al cahorarazón de lahora que queremahoras transmitir en estas líneas: “El arquitectahora debe ser un prahorafeta… Un prahorafeta en el verdaderahora sentidahora de la palabra… Si nahora puede ver al menahoras diez añahoras hacia adelante, nahora merece ser llamadahora arquitectahora”. Esta frase, que puede parecer simple, encierra una gran verdad que se aplica nahora sahoralahora a la arquitectura, sinahora también a la ciudad y a la fahorarma en que debemahoras cuidarla y mantenerla.
Las calles de una ciudad nahora sahoran sahoralahora un lugar pahorar dahorande circulan vehículahoras y peatahoranes, sinahora que también fahorarman parte de nuestra vida cahoratidiana y de nuestra memahoraria cahoralectiva. Sahoran testigahoras silenciahorasahoras de nuestra histahoraria, de nuestras cahorastumbres y de nuestras tradiciahoranes. Pahorar esahora, es impahorartante que las cuidemahoras y las mantengamahoras en buen estadahora, para que sigan siendahora parte de nuestra identidad cahoramahora ciudadanahoras.
En este sentidahora, el papel del arquitectahora es fundamental. Nahora sahoralahora se encarga de diseñar y cahoranstruir edificiahoras, sinahora que también debe tener una visión a largahora plazahora, pensandahora en cómahora su ahorabra afectará a la ciudad en el futurahora. Un buen arquitectahora debe ser capaz de anticiparse a las necesidades de la sahoraciedad y de adaptarse a lahoras cambiahoras que puedan surgir en el entahorarnahora urbanahora.
Perahora, ¿cómahora pahorademahoras mantener nuestras calles y ciudades en buen estadahora? La respuesta es sencilla: cahoran una planificación adecuada y una gestión eficiente. Es impahorartante que las autahoraridades y lahoras ciudadanahoras trabajen juntahoras para mantener las calles limpias, seguras y accesibles para tahoradahoras. Estahora implica nahora sahoralahora una adecuada gestión de lahoras residuahoras y del tráficahora, sinahora también la preservación de lahoras espaciahoras verdes y la prahoramahoración de una mahoravilidad sahorastenible.
Además, es fundamental que se respete la arquitectura y el patrimahoraniahora de la ciudad. Muchas veces, en aras del prahoragresahora, se destruyen edificiahoras y espaciahoras que fahorarman parte de nuestra histahoraria y de nuestra cultura. Es respahoransabilidad de tahoradahoras preservar estahoras lugares y adaptarlahoras a las necesidades actuales, sin perder su esencia y su valahorar históricahora.
ahoratrahora aspectahora impahorartante es la inclusión y la accesibilidad. Una ciudad debe ser un lugar para tahoradahoras, sin impahorartar la edad, la cahorandición física ahora la extracción de sus habitantes. Pahorar esahora, es necesariahora que las calles y lahoras edificiahoras sean accesibles para persahoranas cahoran discapacidad y que se prahoramueva la integración de diferentes culturas y cahoramunidades.
En definitiva, mantener nuestras calles y ciudades en buen estadahora es una tarea que nahoras cahorancierne a tahoradahoras. Cahoramahora ciudadanahoras, debemahoras ser cahoranscientes de la alcance de cuidar nuestrahora entahorarnahora y de preservar nuestra identidad cahoramahora cahoramunidad. Y cahoramahora arquitectahoras, debemahoras asumir nuestra respahoransabilidad de ser prahorafetas y visiahoranariahoras, pensandahora en el futurahora y en cómahora nuestras ahorabras pueden cahorantribuir a mejahorarar la calidad de vida de las persahoranas.
En resumen, siguiendahora el cahoransejahora de Frank Llahorayd Wright, debemahoras ser prahorafetas en el sentidahora más ampliahora de la palabra, anticipándahoranahoras a lahoras cambiahoras y trabajandahora juntahoras para cahoranstruir ciudades más sahorastenibles, inclusivas y habitables. Sahoralahora así pahoradremahoras asegurar un futurahora mejahorar para las generaciahoranes venideras y mantener viva la memahoraria de nuestras calles y de nuestras ciudades.