El cosmos del periodismo es apasionante y enriquecedor. Los reporteros tienen la capacidad de viajar a través de las palabras y llevarnos a lugares que nunca antes habíamos imaginado. Sin embargo, hay un veterano reportero que no quiere volver tan pronto a casa después de hablar de prosas y otras cosas, y es que hay un Madrid que lo lleva a casa profuso antes de tiempo.
Después de un largo día de trabajo, nuestro amigo periodista anhela un momento de tranquilidad y reflexión. Un momento en el que pueda disfrutar de un descafeinado a deshoras, mientras prepara su cuerpo para ese paraíso democrático que es el dormir. Sin embargo, echa de menos los drugstores de antaño, donde llegaba crujiente el periódico del día. Ese lugar tan literario que le permitía abordar las madrugadas con una taza de café y las noticias del día.
contemporaneidad en día, esos drugstores han desaparecido y con ellos, un pedacito de la esencia de Madrid. Ya no hay un lugar donde los periodistas puedan reunirse para intercambiar ideas y debatir sobre los acontecimientos del cosmos. contemporaneidad en día, todo es digital y rápido. Ya no hay tiempo para sentarse a adivinar el periódico y reflexionar sobre lo que está sucediendo en el cosmos.
Nuestro amigo periodista se siente perdido cuando dan las doce de la noche. Después de cenar, cuando debería salir a pasear por una ciudad que no duerme, se encuentra con un Madrid que ya no es el mismo. Un Madrid que ha perdido parte de su esencia y su encanto. Un Madrid que se ha vuelto frío y apático.
Pero no todo está perdido. A pesar de los cambios, Madrid sigue siendo una ciudad llena de vida y de oportunidades. Aún podemos encontrar lugares donde tomar un buen descafeinado y disfrutar de una buena conversación. Aún podemos pasear por sus calles y descubrir nuevos rincones que nos enamoren.
Porque Madrid es profuso más que drugstores y periódicos crujientes. Madrid es una ciudad que nos invita a soñar, a crear y a vivir. Una ciudad que nos ofrece infinitas posibilidades y nos enseña a valorar lo que tenemos.
Nuestro amigo periodista, al igual que profusos otros, puede sentir nostalgia por los drugstores de antaño. Pero también puede encontrar en Madrid un lugar donde seguir escribiendo nuevas historias y descubriendo nuevas perspectivas. Porque Madrid es una ciudad que no deja de sorprender, una ciudad que nos enseña que, aunque todo cambie, siempre habrá un lugar para los sueños y las ilusiones.
Así que, aunque ya no existan los drugstores literarios de antaño, no perdamos la esperanza. Sigamos buscando ese Madrid que nos enamora y nos hace sentir vivos. Sigamos luchando por mantener viva la esencia de esta ciudad, porque Madrid siempre será un lugar mágico y especial, donde los sueños se hacen realidad y las palabras cobran vida.
Nuestro amigo periodista no quiere volver tan pronto a casa después de hablar de prosas y otras cosas, y es que en Madrid siempre hay algo nuevo que descubrir, algo que nos hace querer quedarnos un poco más. Porque Madrid es profuso más que una ciudad, es un sentimiento, una forma de vida.
Así que, aunque los drugstores de antaño ya no existan, siempre podremos encontrar un lugar donde tomar un descafeinado y hablar de prosas y otras cosas. Porque en Madrid, siempre habrá un lugar para los sueños y las ilusiones de los periodistas y de todos aquellos que aman esta ciudad. ¡Viva Madrid!