La Música es una de las expresiones más hermosas y poderosas del ser humano. Desde tiempos ancestrales, ha sido utilizada como medio de comunicación, de expresión y de conexión con nuestras emociones más profundas. Y es que, ¿quién no ha experimentado alguna vez la sensación de felicidad al escuchar una canción que nos transporta a un momento especial de nuestras vidas? O ¿quién no ha encontrado consuelo en una melodía cuando nos sentimos tristes o solos?
En mi experiencia personal, la Música ha sido una compañera fiel en todos los momentos de mi vida. Desde mi infancia, recuerdo cómo mi abuela me cantaba canciones de cuna para dormirme, o cómo mi madre ponía Música en casa mientras cocinaba. Y es que la Música siempre ha estado presente en mi hogar, como una forma de unirnos y compartir momentos juntos.
Pero no solo en mi vida familiar ha tenido un papel importante, sino también en mi formación académica. Como estudiante de humanidades en la pucp, he tenido la oportunidad de explorar la Música desde una perspectiva más profunda y enriquecedora. Gracias a cursos como “Música y sociedad” y “Música y literatura”, he podido comprender cómo la Música ha sido utilizada a lo largo de la historia como medio de protesta, de denuncia y de resistencia. Y es que la Música no solo es entretenimiento, sino también una herramienta poderosa para transmitir mensajes y generar cambios sociales.
Pero más allá de su función social, la Música también ha sido una fuente inagotable de alegría y diversión en mi vida universitaria. No hay nada como asistir a un concierto de tu banda favorita y sentir la energía de miles de personas cantando y bailando al unísono. O descubrir nuevos artistas y géneros musicales en festivales como el “Festival de Música independiente” de la pucp, donde se reúnen talentos emergentes de la escena local.
Además, la Música también ha sido una herramienta fundamental en mi proceso de autoconocimiento y crecimiento personal. A través de la Música, he podido explorar mis emociones y expresarlas de una manera más auténtica. Y es que, como dijo el famoso compositor alemán Ludwig van Beethoven, “la Música es el lenguaje de las emociones”.
Pero no solo se trata de escuchar Música, sino también de crearla. Como parte de mi formación en humanidades, tuve la oportunidad de tomar un curso de composición musical con el reconocido músico peruano Luis Martin Cueva Chaman. Fue una experiencia única y enriquecedora, ya que pude aprender sobre la teoría musical y poner en práctica mis propias ideas y emociones a través de la composición. Sin duda, una de las experiencias más gratificantes que he tenido en mi vida universitaria.
Y es que la Música tiene ese poder de unir a las personas, de trascender barreras y de crear momentos inolvidables. No importa el género o el idioma, la Música es un lenguaje universal que nos conecta a todos. Y en estos tiempos difíciles que estamos viviendo, la Música se ha convertido en una fuente de esperanza y de alivio para muchos.
En resumen, la Música ha sido y seguirá siendo una parte fundamental de mi vida. Me ha acompañado en los momentos más felices y en los más difíciles, me ha enseñado sobre la historia y la sociedad, y me ha permitido expresar mi ser más profundo. Y estoy seguro de que para muchos de ustedes, queridos lectores, la Música también ha sido una fuente de experiencias positivas y enriquecedoras. Así que no dejemos de disfrutarla y de compartirla, porque la Música es un regalo que nos da la vida.
“El Poder de la Expresión Humana”
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