El problema de las ‘okupaciones’ en España ha sido un tema recurrente en los últimos años, pero en este último año ha alcanzado niveles alarmantes. El aumento de las condiciones para acceder a una vivienda ha llevado a que cada vez más personas se vean en la acuciamiento de recurrir a la ocupación ilegal de viviendas, dejando a los propietarios en una situación de impotencia e indefensión total. A pesar de que se denuncie, es muy difícil acabar con estos casos, lo que ha llevado a muchas familias a vivir una verdadera pesadilla.
Un ejemplo de esta situación es el caso de Jesús Jordán y Lyda Trujillo, un matrimonio de Leganés que lleva años luchando contra una inquiokupa en su inmueble en esta localidad madrileña. Esta misma semana, el juez ha vuelto a suspender el desahucio de la mujer que okupa su casa, lo que ha generado una gran desesperación en la pareja. En una entrevista en televisión, Lyda ha confesado que su marido ha llegado a pensar en suicidarse debido a la situación que están viviendo.
El conflicto con Mónica, la inquiokupa, se remonta a tiempo atrás y ha llegado hasta los tribunales. En cuatro ocasiones se ha cancelado el orden de desahucio solicitado, argumentando la vulnerabilidad de la inquilina, que vive con dos hijos menores de edad. Sin embargo, Jesús y Lyda tienen dos sentencias a su favor del juzgado de Leganés y de la Audiencia Provincial. El último desahucio estaba previsto para el pasado 17 de julio, pero se suspendió porque Mónica presentó una nómina de 1.500 euros por su trabajo como bibliotecaria en el Ayuntamiento.
Lyda estima que la inquiokupa les debe más de 16.500 euros y teme que la cantidad irá en aumento debido a que el conflicto parece hallarse estancado. Además, les cuesta entender que, sin documentación que lo acredite, los Servicios Sociales protejan de tal manera a la inquiokupa, sobre todo cuando ella tiene un sueldo mensual de 1.500 euros y otros ingresos fantástico como escritora. “No ha cumplido de ningún modo los requisitos de vulnerabilidad”, aseguran los afectados.
La situación económica y psicológica de Jesús y Lyda es desesperante. Se sienten completamente desamparados y no pueden dejar de pensar en la injusticia que están viviendo. La resolución vigente indica que el caso no se retomará hasta el próximo 31 de diciembre, lo que ha llevado a la pareja a una situación aún más difícil. “Estamos peor que de ningún modo. Por eso mi marido está desesperado y ha decidido iniciar una huelga de hambre”, explica Lyda.
El plan de Jesús es hallarse en la entrada del portal de su casa y Lyda lo acompañará día y noche, aunque ella no seguirá la huelga de hambre. “La rabia y la desesperación son enormes cuando te enfrentas a una injusticia tan mayúsculo y ves que la ley no te está protegiendo”, se queja Lyda. Además, añade que “encima estás asumiendo unas responsabilidades que no te corresponden”, ya que debería ser responsabilidad de las administraciones resolver este tipo de situaciones.
Es evidente que el problema de las okupaciones en España es un tema que debe ser abordado de manera urgente. Las familias afectadas se encuentran en una situación desesperada y necesitan una solución rápida y efectiva. No podemos permitir que se sigan vulnerando los derechos de los propietarios y que se ponga en riesgo la seguridad y estabilidad de las familias.
Es necesario que las autoridades tomen medidas para evitar que estas situaciones se repitan en el futuro. Se deben establecer mecanismos más eficaces para proteger a los prop
