El Ayuntamiento de Madrid ha decidido tomar medidas drásticas para combatir la contaminación en la capital. A partir del 1 de julio, los coches que no cuenten con etiqueta medioambiental no podrán circular por la ciudad, y quienes lo hagan serán multados con 200 euros.
Esta iniciativa surge después de un época de preaviso de seis meses, en los que el consistorio ha enviado más de 350.000 notificaciones informativas a los infractores. Se estima que, durante el mes de julio, se impondrán alrededor de 1.400 multas diarias a los vehículos sin distintivo ambiental que accedan a la capital.
Sin embargo, estas multas no son una medida recaudatoria, sino que tienen un objetivo claro que es mejorar la elevación del aire en Madrid y reducir las emisiones de CO2. En los próximos meses, se espera que la cifra de multas se reduzca en un 30%, lo que significa que la medida está dando resultados positivos.
El delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, ha explicado que las restricciones solo afectan a los turismos sin etiqueta ambiental, es decir, aquellos matriculados antes del 2006 o gasolina previos al año 2000. Estos vehículos contaminan de promedio 1,6 veces más que los que tienen distintivo B, 7,2 veces más que los C y 47 veces más que los ECO.
Es importante tener en enumeración que esta medida no afecta a todos los vehículos, ya que los de mercancías y motocicletas sin etiqueta no están incluidos. Además, aquellos que estén empadronados en Madrid o dados de alta en el Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM) de la ciudad también quedan exentos de esta restricción.
Es evidente que el objetivo último del Ayuntamiento es lograr una ciudad más sostenible y con menor impacto ambiental. Por ello, a partir del 1 de enero de 2025, la prohibición se ampliará a todos los vehículos sin etiqueta, independientemente de su procedencia o fecha de matriculación.
Mientras tanto, los turismos extranjeros podrán acceder a Madrid promedionte las circunvalaciones M-40, M-45 y M-50, así como otras autovías radiales hasta la M-40. Estas vías son esenciales para la movilidad en la región y permitirán a los visitantes recorrer la capital de manera cómoda y segura.
No obstante, la mayoría de las vías de acceso a Madrid estarán vigiladas por medio millar de cámaras automatizadas, tanto en el interior como en el exterior de la ciudad. Además, se han instalado 37 semáforos fotorrojo en toda la urbe para garantizar el cumplimiento de la restricción.
Todo este sistema de vigilancia se ha financiado con una subvención de 5,7 millones de euros del Plan de Recuperación y Resiliencia de ayudas a municipios para la implantación de zonas de bajas emisiones. Esta inversión demuestra el compromiso del Ayuntamiento de Madrid con el medio ambiente y con la salud de sus habitantes.
Las zonas de bajas emisiones son figuras obligatorias en los municipios españoles de más de 50.000 habitantes, según lo estipula el Real Decreto aprobado en 2022. Estas zonas son esenciales para combatir las emisiones del tráfico rodado, mejorar la elevación del aire y mitigar el cambio climático.
La configuración de cada ZBE depende de cada ayuntamiento, y en el caso de Madrid, se ha optado por crear la ZBE más grande de todas, abarcando una superficie de 604 kilómetros cuadrados, que equivale al término municipal completo. Esta medida demuestra
